La cotidianidad está acompañada por pantallas, desde los centros de trabajo hasta el hogar. La presencia de celulares, laptops y las televisiones inteligentes también puede representar un estímulo considerable para la visión; sin embargo, hay ocasiones en las que ciertos entornos e iluminaciones son perjudiciales para cualquier persona. Como resultado, la fatiga visual puede aparecer a cualquier edad en la vida de una persona.
Ante estas circunstancias, resulta necesario permanecer alerta a las primeras molestias como el dolor en los ojos, irritación y ardor. Además de estas señales, existen otras que surgen durante las actividades diarias como pasar un tiempo prolongado sin apartar la vista de un dispositivo digital, según señala el prestigioso centro médico Mount Sinai. Asimismo, intervienen problemas como el estrabismo, cuyo tratamiento requiere un diagnóstico oportuno.
La fatiga visual podría significar un problema serio y no debe tomarse a la ligera, pues podría empeorar con el correr de los días. Para prevenir que esto suceda, se deben conocer algunos detalles respecto a cómo se diagnostica esta enfermedad, qué es, la forma en que una persona puede acceder a un tratamiento y cómo es posible reducir los daños a la visión con prácticas simples.
¿Qué factores aumentan la fatiga visual?
La fatiga visual es una condición que se manifiesta como cansancio, sequedad, dolor y molestias en los ojos. Esta afección suele ocurrir después de un uso prolongado de dispositivos digitales, lectura o trabajar en condiciones de iluminación inadecuada.
A menudo, las personas describen la fatiga visual como una sensación de pesadez en los ojos, dificultad para enfocar, visión borrosa y, en casos graves, dolores de cabeza. Este problema no solo puede ser molesto, sino que también puede afectar significativamente la productividad y la calidad de vida de una persona, según la American Academy of Ophthalmology (AAO).