Por: DiMaggio Abreu
Honrado por una invitación de la doctora María José Rincón, el miércoles 18 de septiembre acudí a la presentación del Diccionario del español dominicano, segunda edición, un proyecto del Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía (Igalex) y de la Academia Dominicana de la Lengua. Fue en el Auditorio de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, en la Plaza de la Cultura.
Es un documento de ardua elaboración, un diccionario diferencial, restringido al léxico o palabras que utilizamos los quisqueyanos, por tanto, excluye todos los elementos que son comunes al español del resto de América y de España. Como país de alto arraigo deportivo, este sector está muy bien representado en su contenido, especialmente con el lenguaje beisbolero.
El acto de presentación del DED devino una velada relajante, dada por los discursos cargados de matices del presidente del Igalex, el abogado y escritor Fabio J. Guzmán Ariza; de la filóloga y lexicógrafa española, directora del Igalex, María José Rincón González; y del director de nuestra Academia de la Lengua, doctor Bruno Rosario Candelier.
Del béisbol, como pasatiempo nacional por excelencia, el DED2024 presenta numerosas referencias, desde la explicación de lo que se trata el juego como de sus adjetivos “beisbolero”, “beisbolista” y “beisbolístico”, más el género femenino cuando corresponde.
“Juego”, de numerosos usos en el lenguaje criollo, tiene lo propio referente al béisbol con “juego grande” (estrategia basada en largos batazos); “juego chiquito” y “juego pequeño” que son sinónimos; “juego de estrellas”, sin que falte el apelativo “juego de gallos”, que algunos pretenden que se le defina como un deporte y otros lo califican como una crueldad. “Trancar el juego” es del dominó.
“Pelota” manda directo al béisbol, con sus derivados “pelotera”, “pelotero” y “peloteril”, pero no señala el “pelotazo”, aunque su acción o efecto aparece en “dedbol”. En “Toletazo”, la segunda referencia es también al béisbol, como “batazo fuerte”.