Sin temor a equívocos, este es el país de los “inventos”, donde cualquier loco viejo se pasa de “sabio”, y anuncia que acabará con el hambre, que mejorará las condiciones de salud y alimentación de la población, y aunque usted no lo crea, muchos se tragan esa píldora, y como papagayos, lo propalan por todo lo alto.
Esa ha sido la principal razón por la que algunos argumentan que todavía parece que aquí hay “indios”, que cambian oro por espejos.
En todos los ámbitos escuchamos a diario gente que individuos que se auto alaban en la seguridad de que en algún momento la gente lo visualizará como un “salvador”.
Eso viene ocurriendo en todas los sectores, como la comunicación, el deporte, la política, el comercio y la industria, por solo citar algunos.
Empero, a la hora de sacar conclusiones sobre los resultados reales, se tiene que llegar a la conclusión que todo es bulto y allante, dado que la ostentación y la jactancia son “productos” que se venden sin mucho esfuerzo.
Así viene marchando desde hace mucho tiempo esta sociedad, exhibiendo estadísticas con soportes de desarrollo que solo lo disfrutan unos pocos.
RADARES.- Creo que en algún momento las Grandes Ligas perdonarán a Pete Rose, quienn o ha podido ingresar al Salón de la Fama, por comprobarse que realizó apuestas.