Por José Báez Guerrero
Recibí un video de la “artista” Tokischa que me ha dejado patidifuso. Se trata de un horror en que se incita al consumo de toda clase de drogas, mezcladas con alcohol y medicinas, con una vulgaridad detestable.
Si procura escandalizar subvirtiendo normas de decencia y moralidad lo logra sobradamente, tanto que si el Diablo existe debe ser obra suya.
Siempre he defendido la libertad de expresión como piedra angular de todas las libertades y derechos, pero existe una categoría que equivale a la subversión del orden público peor que una sedición con tiros. Este camino no lleva a nada bueno…
¿Por qué quienes creen dañino a Mickey Mouse o la Ley 1-24 callan o aplauden a Tokischa y su bodrio? Es un abuso de la libertad de expresión; ataca el orden público y promueve ilegalidades mortales. Esa joven fue escogida por el congresista Adriano Espaillat para una celebración en la Casa Blanca.
La comunidad dominicana en Nueva York protestó justificadamente. Es triste que esa pobre desquiciada representa una parte muy dañada de nuestro país.