Madrid. Birmania sufrió hace una semana un terremoto que ha dejado más de 3.000 muertos en una zona con un histórico importante de temblores de gran magnitud. Aunque los seísmos no se pueden predecir, hay zonas con mayor riesgo y los expertos apelan a utilizar esa información para prepararse y prevenir daños.
Así lo aseguró a EFE el director de la Red Sísmica Nacional de España, Juan Vicente Cantavella, que recordó que «no hay un método actualmente por el cual se puedan predecir los terremotos».
«Lo que sí que podemos hacer es, en términos probabilistas, decir cuáles son las probabilidades de que en un determinado lugar y para un intervalo de tiempo determinado se supere cierto nivel de movimiento. Y eso tiene mucha utilidad«, destacó.
Un terremoto es una liberación brusca de energía que ocurre en zonas de discontinuidad llamadas fallas tectónicas, donde se produce un deslizamiento entre las placas, y que viaja en forma de ondas sísmicas hasta la superficie.
Si sabemos la probabilidad que hay de que un seísmo de cierta magnitud ocurra en un lugar en un período de tiempo concreto, «podemos establecer un nivel de riesgo que queremos asumir y construir todas las edificaciones, todas las casas, pensando que deben resistir ese nivel de movimiento», señaló el experto.
Por ejemplo, se pueden realizar mapas de peligrosidad para medir, en un período de 50 años, la aceleración máxima con la que vibra el suelo que se va a producir con una probabilidad del 90 %, y así construir en función de ese riesgo sísmico concreto.