Supuestas pastoras con cuerpos espectaculares y vistiendo diminutos vestidos y pastores que negocian sin ningún tapujo a costa de fe, abundan en las redes sociales, en casos que parecen más de mafia o del bajo mundo, que Dios.
Esta creciente ola de llamado pastores invaden las redes sociales con ocurrencias y acciones muy distantes al del amor al prójimo. Mientras algunos piden, en nombre de Dios, para comprar lujos, dinero, teléfono de última generación, vehículos de alta gama, viaje en crucero, y hasta lo que ofertan terreno en el cielo al módico precio de cinco mil dólares.
Escenas en las que ciertos líderes religiosos emplean lenguaje ofensivo desde el púlpito, ridiculizan a asistentes o condicionan bendiciones a cambio de contribuciones económicas.
