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sábado, octubre 18

Lo que pocos saben del Papiloma Humano: puede afectar el área anal, el coloproctólogo Leandro Ortiz aclara las dudas

 


Santo Domingo.- La enfermedad hemorroidal y las afecciones anales, como el virus del papiloma humano (VPH), son temas que todavía generan tabú y desinformación, pero su importancia para la salud es indiscutible.


Leandro Ortiz Tejeda, coloproctólogo y cirujano general especializado en colon, recto y ano, explicó a Periódico El Día información clave sobre cómo se manifiestan estas condiciones, sus causas y cómo se pueden prevenir y tratar.


Hemorroides: un tejido natural que puede inflamarse

Cuando se habla de hemorroides, la mayoría de las personas asocia inmediatamente este término con estreñimiento.


El doctor Ortiz Tejeda, explica que “todos tenemos hemorroides. Es un tejido normal del cuerpo que nos ayuda a funciones elementales”.


Sin embargo, factores como la presión para evacuar o la presencia de materia fecal dura y seca pueden inflamar este tejido, provocando molestias y sangrado, y llevando a muchos pacientes a buscar atención médica.


El sangrado, aunque común, no siempre está presente. “Es como una voz de alarma para el paciente, pero el hecho de que haya dilatación hemorroidal puede generar sensación de bulto, picazón o incomodidad”, apunta el especialista.


Incluso en ausencia de sangrado, cualquier cambio en la región anal debe ser motivo de alerta, pues la dilatación puede progresar silenciosamente si no se trata.


Más allá del malestar físico

Además de las molestias físicas, la enfermedad hemorroidal puede afectar la autoestima y la vida en pareja.


“Muchos pacientes acuden por razones estéticas o porque las molestias interfieren con su vida diaria”, asegura Ortiz Tejeda. Por ello, el tratamiento no se centra únicamente en la enfermedad, sino en el paciente de manera integral.


Existen múltiples enfoques de tratamiento. Inicialmente se recomiendan cambios en hábitos, ingesta adecuada de líquidos (entre 2 y 3 litros de agua diarios), alimentación rica en fibra y evitar alimentos irritantes como picantes, jengibre o pimienta.


Complementariamente, se pueden indicar fármacos vía oral o tópica para aliviar síntomas. Solo cuando estas medidas no son suficientes o la hemorroide alcanza un grado avanzado, se considera la cirugía.


“Son procedimientos ambulatorios con anestesia, recuperación inmediata y manejo del dolor adecuado”, explica el especialista.


Prevención desde la infancia

Aunque poco común, los niños también pueden presentar hemorroides. Ortiz Tejeda aclara que los casos pediátricos suelen estar relacionados con hábitos intestinales poco saludables: “Muchas veces heredamos malos hábitos, más que la enfermedad en sí. Por eso es crucial vigilar la dieta de los niños, su ingesta de agua y fomentar el ejercicio”.


El virus del papiloma humano anal: un riesgo poco conocido

Otro tema de creciente preocupación es el VPH en el conducto anal. Este virus se transmite por contacto directo, ya sea sexual o por secreciones, y puede afectar incluso a personas que no han tenido relaciones sexuales.


“Se manifiesta como verrugas o lesiones elevadas, y su diagnóstico se realiza mediante un frotis anal similar al que se hace para detectar VPH en mujeres”, explica el especialista.


La presencia del virus es relativamente frecuente, y la mayoría de los casos permanecen latentes gracias al sistema inmunitario.


Sin embargo, aproximadamente un 1% puede evolucionar hacia lesiones precursoras de cáncer.


“Para quienes lo tienen, el riesgo no se siente como un 1%, sino como un 100%. Por eso es vital la detección temprana y el seguimiento médico”, añade Ortiz Tejeda.


El tratamiento depende del tipo de virus y del grado de la lesión. Lesiones benignas pueden tratarse en consultorio, mientras que las ubicadas dentro del conducto anal o con sospecha de ser precursoras de cáncer requieren intervención quirúrgica.


“El objetivo es retirar el tejido afectado y dejar la zona lo más sana posible, con un seguimiento posterior”, aclara.


Educación y prevención son los pilares fundamentales

El especialista enfatiza que la información y la educación son esenciales para prevenir complicaciones. Mantener hábitos de vida saludables, vigilar cambios en la región anal y consultar de inmediato ante cualquier signo de alarma son pasos clave.


Además, recuerda que la enfermedad hemorroidal y las lesiones asociadas al VPH no deben ser motivo de vergüenza.


“La docencia y la comunicación con los pacientes ayudan a romper el tabú y facilitan el cuidado de nuestra salud”.


ELDIA