Los clubes deportivos y culturales han tenido, tras el ajusticiamiento de Trujillo, pero en especial en los últimos 50 años, una labor esencial y significativa en el desarrollo integral des miles de niños y jóvenes en todo el territorio nacional.
Esa labor ha venido siendo ejecutada en gran medida, por dirigentes barriales preocupados por llevar a sus residentes a integrarse en labores constructivas, como educación y deporte.
Para lograr esos objetivos, han sido muchos los dirigentes que lamentablemente hasta han sacrificado sus vidas.
El hecho más lamentable en el trayecto de esa lucha, ocurrió un 9 de octubre de 1971, con el asesinato brutal de cinco miembros del club Héctor J. Díaz, del barrio 27 de Febrero.
No hay duda que ese crimen horrendo al que el presidente Balaguer “le sacó los pies” al decir que fue ejecutado por “fuerzas incontrolables” dentro de su régimen, debe estar entre los más execrables en la historia republicana.
Ese hecho tuvo tanta transcendencia entre los dominicanos, que 13 años después de ese horripilante, atroz y terrible hecho, el presidente Salvador Jorge Blanco emitió el nueve de octubre de 1984, el decreto que declara el nueve de octubre “Día Nacional de los Clubes Deportivos y Culturales”
El mejor homenaje que se puede realizar el movimiento clubístico en honor a los cinco ejecutados, Geraldo Bautista Gómez, Rahamés Peláez, Reyes Florentino Santana, Víctor Fernando Checo y Rubén Darío Sandoval, es implementar programas de desarrollo en favor de todos los ciudadanos donde operan.
Ayer el presidente Luis Abinader le dio un espaldarazo, con el anuncio de que el gobierno está ejecutando obras en diferentes clubes que operan en el Gran Santo Domingo.