El lavado de manos es esencial para la vida, porque detiene la propagación de gérmenes, bacterias y virus que pueden causar enfermedades graves, resalta el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), al destacar los beneficios de esa práctica con motivo de celebrarse ayer el Día Mundial del Lavado de Manos.
En los servicios de salud, se estima que el lavado de manos antes y después de cada procedimiento o atención al paciente, evita infecciones asociadas a la atención en casi un 50 %, con lo que se contribuye a reducir la mortalidad.
Los estudios indican, además, que lavarse las manos con jabón puede reducir las enfermedades diarreicas en un 30%, disminuir las infecciones respiratorias agudas hasta en un 20% y jugar un papel fundamental en la reducción de la transmisión de patógenos, en brotes como el cólera, ébola, SARS, hepatitis y COVID-19.
También, proteger contra las infecciones asociadas a la atención sanitaria y limitar la propagación de la resistencia a los antimicrobianos, contribuir a la reducción de las Enfermedades Tropicales Desatendidas, así como la disminución del absentismo escolar y la mejora del bienestar, la dignidad y la productividad.
El Día Mundial del Lavado de Manos está dirigido a reflexionar sobre la importancia de un gesto tan simple como lavarse las manos, destacando que con solo agua y jabón, se pueden prevenir enfermedades, reducir la desnutrición y mejorar la calidad de vida de millones de niños en todo el mundo. El lema de la conmemoración en este año es “¿Por qué siguen siendo importantes las manos limpias?”.
En un comunicado de prensa, Unicef destaca que se une a gobiernos, sociedad civil, empresas y entidades no lucrativas para celebrar el Día Mundial del Lavado de Manos, una jornada dedicada a aumentar la conciencia sobre la importancia de la higiene de manos y de fomentar un cambio duradero desde las políticas y los servicios, hasta la acción comunitaria.
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