La calidad demostrada por las Reinas del Caribe a nivel mundial durante muchos años es incuestionable, al punto de que por más de una década se han convertido merecidamente, en una marca país.
El trabajo desarrollado en ese lapso con mira a mantenerse en la cima del voleibol mundial, hay que valorarlo al máximo, nadie lo puede poner en duda.
Cristóbal Marte se ha echado en sus hombros un proyecto que sin ningún pero, se puede considerar como el más exitoso en la historia del deporte nacional.
Nadie antes se había atrevido a materializar un programa de esa naturaleza, en el que hay que realizar una inversión multimillonaria.
Después que las Reinas del Caribe se constituyó en un proyecto exitoso, creo que se debe incursionar en otros en disciplinas de menor costo pero con mucho potencial, como el atletismo y los deportes de combate, en especial el boxeo.
Lo que debe quedar claro, es que hay integrantes de selecciones, incluyendo las Reinas del Caribe, que ya están listas para que les apliquen la baja, por su avanzada edad, y otras por una marcada una baja en su producción.
El plan de captar jóvenes para integrarlos a la práctica de diferentes disciplinas, es la mejor manera de mantener o mejorar la calidad de las selecciones, pero lamentablemente, muy pocas federaciones la ponen en práctica, porque para esos “dirigentes” “haraganes y vagos”, es más confortable y cómodo que los atletas lleguen a ellos sin tener que realizar ningún esfuerzo para su formación.
Esa imagen de irresponsabilidad es la que proyectan la mayoría de las organizaciones deportivas del país, asaltadas por dirigentes que se instalan allí, “ por los siglos de los siglos”, con el único objetivo de sacar provecho personal.