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jueves, abril 11

¿Epidemia de lesiones en lanzadores o la nueva normalidad?

 


El número de lanzadores que requieren cirugía tiene a la MLB patas arribas. Liga y sindicato enfrentados porque este último alega que la introducción del reloj es factor, lo que es ripostado por un estudio de la Universidad Johns Hopkins. Mientras ellos debaten, el goteo de pitchers sigue y caen como castillo de naipe.



La última semana ha sido muy mala. El dominicano Eury Pérez, prodigio de los Marlins, pasó por el quirófano; Shane Bieber, as de los Guardians, sufrió un desgarro en los ligamentos del codo que requerirá una cirugía que ponga fin a su temporada. Spencer Strider (Bravos) también tiene un ligamento dañado y es candidato a una segunda cirugía Tommy John.


El investigador Jon Roegele alimenta en tiempo real una base de datos pública donde informa de cada lanzador que se somete al procedimiento estándar para reparar el codo. Según esta, la temporada pasada, el 34,2% de los pitchers que aparecieron en un juego de la MLB tuvo esa intervención en algún momento de su carrera. 


Esa cifra fue del 34,0% en 2022, del 30,5% en 2021 y del 29,8% en 2019. 


Había 132 lanzadores en la lista de lesionados de las Grandes Ligas el Día Inaugural de este año, o el 80% de las 166 asignaciones de la lista de lesionados. En 2019, los lanzadores representaron menos del 68% lesionados en la apertura.


No hay una única razón que lo explique. De hecho, no hay consenso. Es una combinación de múltiples factores y eso es lo que parece hará que encontrar una solución sea tan difícil. 


El reloj, introducido en 2023 y que limita el tiempo que tiene el lanzador para desprenderse de la pelota, es uno de los señalados. 


El aumento de la velocidad es otro. La bola rápida promedio pasó de 92.6 millas por hora en 2015 a 93.8 en 2023. 


La cantidad de revoluciones por minutos de los lanzamientos rompientes (otro señalado) saltó desde las 2,156 este 2015 hasta 2,460 en 2023, a pesar de que en 2021 la MLB impusiera restricciones al uso de sustancias que permitían un mejor agarre.


¿Hay una epidemia?


Los datos confirman que el número es alto, pero ha habido años peores. Si bien este primer trimestre del año ha sido malo para las lesiones de codo, esa ha sido la tónica en los últimos años. 


La primavera es cuando se producen la mayoría de las lesiones de codo. Durante los primeros 100 días de 2024, nueve lanzadores de la MLB se sometieron a procedimientos Tommy John en comparación con el promedio de 6,1 de la década anterior, según la base de datos de Roegele.


Pero ya en 2014 y 2021 hubo un récord de 11 cirugías TJ que involucraron brazos de la MLB en los primeros 100 días. Cuando se contabiliza todo el béisbol profesional ese 2021 hubo 47 en ese trayecto.


Al combinar las cifras de ligas mayores y menores, ha habido 16 cirugías durante los primeros 100 días en comparación con un promedio de 33,3 cirugías de este tipo durante el período de 10 años anterior.


Cuando se usa el lente más amplio se confirma el aumento. De 2000 a 2013, hubo 15,4 cirugías Tommy John en los primeros 100 días entre todos los lanzadores profesionales y 3,6 en los brazos de las Grandes Ligas. 


La velocidad, factor


No hay duda de que se acumula más presión en los codos con el tiempo. Pero no parece haber un aumento notable este año. 


Lo que no parece estar cambiando es el incentivo para lanzar más fuerte. En la MLB se bateó para .275 contra rectas lanzadas entre 90 y 93 mph la temporada pasada, según Statcast. Contra rectas de 96 mph y más: .234.


Un lanzador necesita una bola rápida de mediados de las 90 mph para ser seleccionada temprano en el sorteo aficionado. En América Latina, al pitcher se le exige superar las 90 millas con 16 años para generar interés.