Todo luce indicar que la afrenta que sufrieron los niños dominicanos que participaron en la Serie del Caribe Kids pasó desapercibida para la Confederación de Béisbol del Caribe, que preside el dominicano Juan Francisco Puello Herrera.
Se esperaba que, inmediatamente concluyerá el evento los comentaristas panameños que se burlaron de los niños dominicanos, fuesen sancionados o, por lo menos, amonestados públicamente para que pidieran disculpas.
Increíblemente, ha sucedido todo lo contrario.
Puello Herrera y compartes han preferido callar y dejar que el tiempo se encargue de borrar el abuso contra esos niños, a quienes acusaron durante una transmisión de falsificar sus edades, por el simple hecho de tener estaturas mayores que los demás participantes.
La Serie del Caribe Kids, que no es un evento oficial de la Federación Internacional de Béisbol, se inauguró este año y participaron niños menores de 13 años de Nicaragua, Venezuela, República Dominicana, Puerto Rico, México y el anfitrión Panamá, siendo celebrado en el estadio Juan Demóstenes Arosemena.
El éxito de ese evento en este año y los venideros quedó empañado por esos narradores irresponsables, quienes no midieron el alcance del daño que hicieron a los niños dominicanos al denotarlos, sin ninguna pruebas.
Es casi seguro que para los próximos eventos la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom) no consiga que los entrenadores les entreguen sus niños, por el temor a que sean maltratados. Sorprende, que tampoco desde la Lidom se haya hecho lo suficiente para defender a esos niños de esas acusaciones.
Para su conocimiento, los niños señalados con edades adulteradas jugaron en el Mundial U12 celebrado en Taiwán el año pasado.
Ustedes saben lo que significa para un país ser descubierto por falsificar un acta de nacimiento en ese evento. La Federación Dominicana de Béisbol (Fedom) lo sabe. Así que ese abuso contra Gustavo Talmaré, Juan de Peña y los demás niños, no debe quedar impune.