A medida que fármacos como Ozempic se hacen cada vez más populares para perder peso, más médicos y pacientes buscan maneras de contrarrestar la pérdida de masa muscular que puede producirse con estos medicamentos, y las empresas se están apresurando a satisfacer esa demanda. Los gimnasios de lujo ofrecen programas de entrenamiento de fuerza dirigidos específicamente a las personas que toman estos medicamentos, con la promesa de ayudar a los clientes a “optimizar sus resultados”.
Los nutricionistas y los servicios de reparto de comidas están creando planes para ayudar a los pacientes a ingerir suficientes proteínas. Y empresas farmacéuticas como Eli Lilly, que fabrica Mounjaro y Zepbound, están intentando desarrollar tratamientos combinados que eviten la pérdida de masa muscular.
“Sé que la gente dice: ‘Oh, quieren arreglar la responsabilidad legal’. No es eso”, afirmó Daniel Skovronsky, director científico del laboratorio Eli Lilly. La cuestión, dijo, es cómo aprovechar los beneficios del medicamento para ayudar a los pacientes a perder más grasa conservando, o incluso ganando, más músculo.
Eli Lilly se ha asociado con BioAge Labs para probar si un compuesto llamado azelaprag podría ayudar a las personas a lograr un equilibrio óptimo entre músculo y grasa, lo que posiblemente ayudaría a las personas que toman Mounjaro o Zepbound a perder aún más peso. El medicamento imita una hormona producida durante el ejercicio que puede mejorar el metabolismo y la función muscular.
El año pasado, Eli Lilly adquirió la empresa biofarmacéutica Versanis, la cual fabrica un medicamento que bloquea los receptores reguladores del músculo esquelético y la masa grasa. “Al hacerlo, los músculos aumentan de tamaño”, afirmó Steven Heymsfield, profesor de metabolismo y composición corporal del Centro de Investigación Biomédica Pennington de Luisiana, que ha estudiado el fármaco, llamado bimagrumab.
También se están haciendo pruebas con bimagrumab y semaglutida, la sustancia activa de Ozempic y Wegovy, en adultos con obesidad. A finales de este año, la farmacéutica Regeneron iniciará un ensayo clínico de semaglutida en combinación con un tratamiento de anticuerpos que bloquean los receptores que regulan el crecimiento muscular.
Y el martes, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) dio luz verde a un ensayo clínico para estudiar si un compuesto que fue probado con anterioridad como tratamiento para la pérdida muscular en adultos mayores podría ayudar a preservar el músculo y eliminar más grasa en personas de 60 años o más que toman un medicamento para adelgazar.
“Estos fármacos para adelgazar básicamente provocan el desarrollo de la fragilidad en pacientes de edad avanzada en cuestión de meses en lugar de años”, sostuvo Mitchell Steiner, director general de Veru, que está llevando a cabo el estudio. Pero incluso si estos estudios tuvieran éxito, pasarían años antes de que estos medicamentos nuevos estuvieran disponibles para los pacientes que toman fármacos para perder peso.
Mientras tanto, según los médicos, es fundamental que estos pacientes encuentren maneras de mantener su masa muscular. Los adultos mayores y las mujeres posmenopáusicas, en particular, corren el riesgo de volverse frágiles o desarrollar osteoporosis si pierden demasiada masa muscular, señaló Scott Hagan, profesor adjunto de medicina de la Universidad de Washington que estudia la obesidad.
Pero cualquiera que pierda músculo podría experimentar debilidad y fatiga, dijo Hagan, y podría tener un mayor riesgo de caídas y lesiones. “El mero hecho de perder peso no siempre significa que estemos más sanos”, dijo Michelle Hauser, directora de medicina de la obesidad del Centro de Estilo de Vida y Control del Peso de Stanford.
Los médicos suelen recomendar dos soluciones sencillas para luchar contra la pérdida de masa muscular: comer proteínas y hacer ejercicios de fuerza. Las empresas están aprovechando ambos objetivos.
En enero, Abbott presentó una línea de licuados de proteínas dirigida a personas que toman medicamentos como Ozempic, y Daily Harvest, un servicio de reparto de comidas, lanzó una nueva “colección de alimentos complementarios” para clientes que toman estos fármacos. Las empresas emergentes centradas en la nutrición, como Nourish y Berry Street, que ponen en contacto a personas con dietistas, han empezado a promocionar servicios específicos para personas que toman estos fármacos. Los proveedores de Nourish hacen hincapié en la ingesta de proteínas y prestan especial atención al riesgo de desnutrición de los pacientes que toman medicamentos para adelgazar, según Dominique Adair, responsable de calidad clínica de la empresa.
Noom, una empresa de telemedicina que empezó ofreciendo asesoramiento en salud conductual para la pérdida de peso y desde entonces se ha ampliado a la prescripción de medicamentos para adelgazar, cuenta ahora con un programa de defensa muscular que incluye videos de ejercicio físico y un rastreador de proteínas.
La cadena de gimnasios de lujo Equinox cuenta ahora con un programa de entrenamiento personal adaptado a las personas que toman medicamentos. Obé Fitness, una plataforma de entrenamiento en línea, se asoció con una empresa de atención virtual que receta medicamentos para adelgazar a fin de desarrollar su programa de ejercicios MuscleGuard.
Asimismo, en Minnesota, el club de salud LifeTime Fitness está poniendo a prueba una clínica que no solo proporciona entrenamiento personal centrado en el levantamiento de pesas, sino que también ofrece versiones de medicamentos para perder peso pero con otras formulaciones (alternativas no autorizadas de cuyo uso ha advertido la FDA).
La cadena nacional tiene previsto ampliar el programa a los “principales mercados” para finales de año, según un representante. Un programa especializado ayudaría a un paciente a conservar la masa muscular, pero la mayoría no necesita ingerir proteínas en polvo en todas sus comidas ni iniciar una rutina intensiva de ejercicios, explicó Hagan. “Lo que quiero enfatizar es que no estamos tratando de convertirte en un fisicoculturista o algo así”, dijo. “Dos sesiones a la semana de pesas ligeras podrían ser muy efectivas”.
AFP