Producto de las consideraciones que le he hecho a la gestión del ministro de Deportes, que dirige Francisco Camacho, me colocan como uno de los principales adversarios de la misma, varios personajes han querido aprovechar esa situación y se me han acercado para ponerme en conocimiento de supuestas situaciones anómalas dentro de esa entidad oficial.
Las informaciones lucen estar muy bien documentadas, sin embargo, quienes las suministran me solicitan para que las haga pública, pero me aclaran que no los mencione. A esas personas le contesté que eso no va conmigo, siendo algo que jamás haré.
En este medio es muy común que personas pretendan utilizar a los periodistas para que echen pleitos por ellos, cuando tienen problemas con los ministros, ya sea porque no lo tomaron en cuenta como esperaban o no consiguieron el o los “favorcitos” que les prometieron.
Lo bueno de esos “jureles” es que muchas veces consiguen quienes les den cabida a sus informaciones, porque en la mayoría de los casos son ciertas, ya que tienen conocimientos de causa, pero luego de lograr sus objetivos se olvidan de los periodistas que les sirvieron para lograr sus propósitos. Incluso, algunas veces se convierten en funcionarios de la dependencia que denuncian las supuestas anomalías y se callan.
A las personas en cuestión les dije que si tienen situaciones que resolver con el ministro Camacho deben enfrentarlo y demostrarle sus hechos, y si están dispuestos a dar la cara , este medio estará a su disposición. Por esa y muchas razones nunca he echado pleitos ajenos.
A los que piensan que tengo problemas personales con el ministro Camacho están muy equivocados. A Camacho lo conocí hace varios años porque me lo trajo al periódico su portavoz Primitivo Cadete cuando tuvo problemas con el excampeón mundial de taekwondo Danny Vizcaíno.
Recuerdo que atendí sus reclamos y le brindé el espacio en este periódico que me solicitó. Ahora como ministro nunca he atacado su persona, sí sus decisiones, cuando las he considerado desacertadas. Y seguiré haciéndolo, pero sin ninguna influencia.