Disminuirle el presupuesto al Ministerio de Deportes en 2024, es uno de los más grandes “disparates” que se pueden cometer, en momentos en que el propio presidente Luis Abinader ha venido ponderando la tremenda incidencia que tiene esa actividad en la sociedad en general.
Uno no se explica de dónde o de quien o quienes surgió esa idea en momentos en que el deporte está experimentando uno de sus mejores actuaciones en el plano internacional.
Restar fondos para el desarrollo de nuestros niños y jóvenes, quienes son los más beneficiados, sería “un crimen” inexplicable.
Si bien es cierto que hay que poner estrictos controles a las finanzas, no se justifica bajo ningún concepto que se disminuyan a un organismo que cada día tiene más demandas, debido al natural incremento demográfico.
En vez de reducir los fondos, en casi 20 millones con relación al presente año, lo adecuado y correcto sería ampliarlo.
Esa idea de reducir los emolumentos que se destinarán a los deportes en 2024, debe ser rechazada de plano por el Congreso Nacional, organismo que conocerá en los próximos días el presupuesto general de la nación correspondiente a ese período.