Apoyo las sugerencias que hace en una comunicación que me envía el Ing. Tabaré Peña Reyes, Coordinador de Las Unidades de Desarrollo del Sector Deporte del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) y socio de los Gigantes del Cibao.
A continuación la carta: El béisbol profesional dominicano a través de Lidom, técnicamente ha venido poniéndose a tono con las reglamentaciones que en cada temporada viene asumiendo la MLB y debemos sentir satisfacción porque significa que estamos acordes con los avances de la práctica deportiva de lo mejor del mundo.
Sin embargo, todos los que amamos el deporte del béisbol sentimos preocupación que en República Dominicana no haya un código de ética y una Comisión de Ética funcional que regule las inconductas de aquellos que son los actores en nuestro deporte rey.
No es posible que estemos celebrando con un gran despliegue de prensa de ciertos aspectos técnicos que asumimos de MLB, (Uso del reloj, almohadilla más grande), empero, no damos paso a su exigente código ético y a sus estrictas normas y acciones disciplinarias, olvidándonos de lo fundamental que son los aspectos éticos y morales de un deporte de la familia como se define el béisbol.
Durante un largo tiempo hemos insistido en el tema con la seguridad de que no sólo ayudamos adecentar las actividades dentro del béisbol profesional, sino como un aporte a la sociedad se ve arropado por una descomposición profunda que nos afecta en todos los órdenes .
Adecentar en valores el béisbol profesional en nuestra nación es una tarea urgente de cada uno de los actores que en nuestro país viven y actúan en el mismo.
Entendemos en tal respecto, que Lidom debe proponerse establecer un programa que ponga freno al uso de sustancias prohibidas y al uso indebido del alcohol en la actividad deportiva que coordina, dados sus perjudiciales impactos en la práctica del béisbol y por arrojar dañinos males a los niños y a los jóvenes, como a todos los componentes de las familias dominicanas.
Es el momento que nuestro béisbol profesional se deje de temer a la prueba antidoping y que en ella se reciba con bombos y platillos como héroes a deportistas que la MLB ha sancionado, ya que con eso se envía un mal mensaje a los talentos en desarrollo y a la sociedad.
Los tiempos actuales imponen pues un no rotundo a la tolerancia y a la inercia, y al efecto, llama aplicar la prueba antidoping a todos los actores: Dueños y directivos de equipos, directivos y personal de Lidom; peloteros y técnicos y al personal administrativo, operativo y de transmisión.