Esta metáfora ilustra la complejidad de los desafíos emocionales que enfrenta el país en su conjunto.
El caos en la Zona Colonial, donde individuos bajo el influjo de sustancias desencadenaron actos vandálicos, sirve como un ejemplo tangible de cómo el abuso de alcohol y drogas puede provocar descontrol emocional y comportamientos impulsivos y destructivos.