Por Carlos Arturo Guisarre.
La semana pasada, el ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Víctor Bisonó, minimizó la relación económica entre República Dominicana y Venezuela, aludiendo al bajo balance comercial.
Sin embargo, no señaló que al Gobierno de Nicolás Maduro el país le debe US$214.3 millones. Esa deuda bilateral está registrada en las cifras de la Dirección General de Crédito Público, del Ministro de Hacienda.
Bisonó había dicho que la ruptura diplomática con el chavismo, a raíz del fraude electoral del pasado 28 de julio, no afectaría el comercio internacional total dominicano, pero está por verse el destino de esa deuda, ahora que el Gobierno de Nicolás Maduro tiene a República Dominicana en la mirilla, por las posiciones del Gobierno de Luis Abinader sobre los comicios venezolanos.
Incluso el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, un enemigo declarado del chavismo, propuso a República Dominicana como sede de una cumbre de jefes de Estado para abodar el “problema de Venezuela“, bajo el alegato, dice, de que todos se juntarán en la toma de posesión de Abinader, que tiene lugar el próximo 16 de agosto, en el Teatro Nacional.
¿Qué implica que cuando un país le debe a otro?
Cuando un país le debe dinero a otro, las implicaciones en el derecho internacional pueden ser complejas y multifacéticas. La deuda puede influir en las relaciones diplomáticas entre los países involucrados. El país acreedor puede tener una influencia política sobre el país deudor, lo que podría afectar las negociaciones en otros temas internacionales.