El mundo cada día luce más complicado en todos los aspectos, y en la mayoría de los casos, la población está atónita, sin poder entender que es lo que viene o está por ocurrir, con tantas medidas que tienden a poner los pelos de punta a grandes, medianos y pequeños.
Los socios de ayer, parecen ser hoy grandes rivales, al actuar sin contemplaciones con sus sorprendentes medidas.
Pero todos, absolutamente todos, buscan, ya sea en política como en cualquier otra actividad, poner a los demás de rodillas, porque el poder, históricamente ha dado libertades, hasta para cometer atrocidades.
Y hablando de poder, los deportes no escapan a esa lucha feroz y despiadada por su control, ya que a través del mismo se conquistan objetivos importantes, genéricos e individuales.
Por ejemplo, desde hace unos meses, en el seno del Comité Olímpico Internacional, se viene librando una guerra brutal, aunque la quieran presentar como civilizada, entre los candidatos que aspiran a ceñirse la “ñoña”.
No debe extrañar, que ante el incremento exponencial de recursos económicos que cada año maneja ese organismo, quien o quienes asuman su dirección, tendrán mucho poder en todos los aspectos.
Además,