A principios del año pasado, Matthew Prince comenzó a recibir llamadas preocupadas de los directivos de grandes empresas de medios de comunicación. Le dijeron a Prince, cuya empresa, Cloudflare, proporciona infraestructura de seguridad a aproximadamente una quinta parte de la web, que se enfrentaban a una nueva y grave amenaza en línea. “Les pregunté: ‘¿Qué, son los norcoreanos?’“, recuerda. ”Y me respondieron: ‘No, es la IA’“.
Esos ejecutivos habían detectado los primeros indicios de una tendencia que desde entonces se ha hecho evidente: la inteligencia artificial está transformando la forma en que las personas navegan por la web. A medida que los usuarios plantean sus consultas a los chatbots en lugar de a los motores de búsqueda convencionales, reciben respuestas en lugar de enlaces que seguir. El resultado es que los editores de “contenido”, desde proveedores de noticias y foros en línea hasta sitios de referencia como Wikipedia, están experimentando descensos alarmantes en su tráfico.
A medida que la IA cambia la forma en que las personas navegan, está alterando el acuerdo económico que constituye la esencia de Internet. El tráfico humano se ha monetizado durante mucho tiempo mediante la publicidad en línea; ahora ese tráfico se está agotando. Los productores de contenido están tratando urgentemente de encontrar nuevas formas de hacer que las empresas de IA les paguen por la información. Si no lo consiguen, la web abierta podría evolucionar hacia algo muy diferente.
Desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, las personas han adoptado una nueva forma de buscar información en línea. OpenAI, el fabricante del chatbot, afirma que alrededor de 800 millones de personas lo utilizan. ChatGPT es la descarga más popular en la tienda de aplicaciones del iPhone. Apple afirmó que las búsquedas convencionales en su navegador web Safari habían caído por primera vez en abril, ya que la gente prefería plantear sus preguntas a la IA. Se espera que OpenAI lance pronto su propio navegador.
Ante el auge de OpenAI y otras empresas emergentes, Google, que cuenta con alrededor del 90% del mercado de búsquedas convencionales en Estados Unidos, ha añadido funciones de IA a su propio motor de búsqueda en un intento por mantenerse al día. El año pasado comenzó a preceder algunos resultados de búsqueda con “resúmenes” generados por IA, que desde entonces se han vuelto omnipresentes. En mayo lanzó el “modo IA”, una versión de su motor de búsqueda similar a un chatbot. La empresa promete ahora que, con la IA, los usuarios pueden “dejar que Google busque por ti”.